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El auténtico y genuino arroz en paellaEstamos encantados de asumir toda la tradición para que por primera vez en México, usted pueda conocer y disfrutar una verdadera paella mediterránea.
Nos desplazamos hasta su domicilio, para que aprecie en primera persona toda la espectacularidad de la elaboración de un auténtico arroz en paella. Como especialidad, podemos elaborar la paella con fuego de encino, para que pueda disfrutar del particular aroma de la leña, englobando todos los matices originales de la elaboración más tradicional y auténtica. Nuestros arroces más populares:
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La paella tradicional
Un auténtico arroz en paella comienza por tener un profundo conocimiento y cuidado de las técnicas adecuadas para su elaboración.
Para la correcta ejecución de una paella es preciso contar con un buen caldo y un arroz con denominación de origen Valencia que permita absorber toda la esencia de ese "fondo".
La cantidad equilibrada de sus ingredientes es otro factor clave a la hora de determinar qué clase de paella queremos cocinar.
La calidad y variedad de los ingredientes empleados en cada receta de paella marcan las diferencias de este plato.
«Para que el arroz a la valenciana salga como lo hacen aquellos naturales, es preciso que se cueza a fuego muy activo, prefiriendo el de llama, a fin de que no se interrumpa el hervor. Para saber la cantidad fija de caldo que se necesita, sea cual fuere la que se pretenda guisar, llevan generalmente la regla de removerlo con una cuchara de palo, y antes que se repose enteramente, la plantan en el centro de la vasija, y si se mantiene sin movimiento le añaden algo más (de caldo), y repiten lo mismo hasta que la cuchara se tartalee sin caerse, que es cuando tiene suficiente. Activan la lumbre para que levante pronto el hervor, y procuran sostenerla hasta que el caldo está cerca de consumirse, y entonces prueban el grano a fin de ver sí está bien penetrado hasta el corazón. Si lo está, lo separan del fuego inmediatamente, lo dejan reposar, y aquella pequeña porción de caldo la absorbe, y queda entero, bien cocido, esponjada y suave al paladar; pero si se observa al probarlo que todavía está algo duro, le añaden algo más de caldo, procurando que esté caliente para que no se interrumpa el hervor; porque si esto sucede, el resultado es deshacerse sin que se consiga el que se penetre, quedando duro el corazón del grano. Casi nunca es necesario añadirle más caldo que el que dijimos al principio, y si acontece alguna vez, es porque el arroz está muy bien granado, y necesita algo más de humedad para penetrarse bien. Las demás circunstancias del condimento quedan al arbitrio del que lo guisa y será tanto mejor cuanta más delicada la sustancia que contenga, como queda insinuado».
Francisco de Paula Martí (1513)
Para la correcta ejecución de una paella es preciso contar con un buen caldo y un arroz con denominación de origen Valencia que permita absorber toda la esencia de ese "fondo".
La cantidad equilibrada de sus ingredientes es otro factor clave a la hora de determinar qué clase de paella queremos cocinar.
La calidad y variedad de los ingredientes empleados en cada receta de paella marcan las diferencias de este plato.
«Para que el arroz a la valenciana salga como lo hacen aquellos naturales, es preciso que se cueza a fuego muy activo, prefiriendo el de llama, a fin de que no se interrumpa el hervor. Para saber la cantidad fija de caldo que se necesita, sea cual fuere la que se pretenda guisar, llevan generalmente la regla de removerlo con una cuchara de palo, y antes que se repose enteramente, la plantan en el centro de la vasija, y si se mantiene sin movimiento le añaden algo más (de caldo), y repiten lo mismo hasta que la cuchara se tartalee sin caerse, que es cuando tiene suficiente. Activan la lumbre para que levante pronto el hervor, y procuran sostenerla hasta que el caldo está cerca de consumirse, y entonces prueban el grano a fin de ver sí está bien penetrado hasta el corazón. Si lo está, lo separan del fuego inmediatamente, lo dejan reposar, y aquella pequeña porción de caldo la absorbe, y queda entero, bien cocido, esponjada y suave al paladar; pero si se observa al probarlo que todavía está algo duro, le añaden algo más de caldo, procurando que esté caliente para que no se interrumpa el hervor; porque si esto sucede, el resultado es deshacerse sin que se consiga el que se penetre, quedando duro el corazón del grano. Casi nunca es necesario añadirle más caldo que el que dijimos al principio, y si acontece alguna vez, es porque el arroz está muy bien granado, y necesita algo más de humedad para penetrarse bien. Las demás circunstancias del condimento quedan al arbitrio del que lo guisa y será tanto mejor cuanta más delicada la sustancia que contenga, como queda insinuado».
Francisco de Paula Martí (1513)